La gestión
de la renta propia es para algunos una meta inalcanzable.
Otros, diremos que el poder gestionar el capital propio es
una de las mayores satisfacciones que la vida nos ofrece.
Hace algún tiempo, las instituciones de inversión
colectiva aglutinaron grandes flujos de capital y crearon
productos financieros encaminados a sacar el dinero del bolsillo
al público en general. Este negocio es espectacular
y además está avalado por la política
con carácter general.
Sin embargo, otros creemos que la forma de
gestionar el capital de las instituciones de inversión,
como regla general, responde a una ley universal llamada "ley
del mínimo esfuerzo". Gestionar un fondo indexado,
repos, letras del tesoro, fondos mixtos, garantizados, etc...
es el reclamo propagandístico ideal para atraer al
gran público.
El público acude a la llamada, deposita
su dinero para obtener grandes plusvalías y además
se cree que está haciendo un buen negocio. Algunos,
incluso, ven crecer su status social al contratar un fondo
de inversión o un Simcav. Las instituciones reinvierten
el dinero depositado, en grandes cantidades, obteniendo la
plusvalía buscada, y más tarde, retribuyen al
"inversor" con un porcentaje ridículo, traducido
en un 1,2 ó 3% del aporte inicial.
En otras ocasiones, se acude para el asesoramiento.
Hay un capital y se busca la forma de que produzca un retorno
neto a través del conocimiento que un profesional de
los mercados pueda tener. Hay que darse cuenta de que un gestor
de un fondo, un vendedor, o el director de análisis
de cualquier casa de valores es un empleado a sueldo, y que
tiene una retribución mensual fija independiente. Por
lo tanto, si el capital gestionado se pierde o la gestión
pasiva que ofrecen no produce el beneficio esperado, a ellos
les da igual; exactamente igual. Siempre, habrá una
excusa que justifique la ineficacia ( ha sido mal año...
era un sector con riesgo... no se preocupe que ya subirán...)
Por eso, desde aquí pregonamos la
gestión activa y la especulación en los mercados
organizados. Cuando se pone el dinero en el mercado es para
obtener plusvalías lo mas rápidamente posible.
La gestión activa, es la forma más espectacular
de sacarle partido a nuestro dinero. Ahora bien, para ello
deberemos de tener un conocimiento extenso y bien estructurado,
para determinar en cada momento por dónde van a desplazar
los precios, y sobretodo, desarrollar la capacidad de tomar
decisiones rápidamente y sin dejarse influir por los
sentimientos.